lunes, 24 de marzo de 2014

 Fundamento teorico

El síntoma que de manera más inmediata se trata de aliviar a cualquier enfermo es el dolor; de ahí la importancia que tiene en la vida ordinaria el empleo de los medicamentos que lo disminuyen o suprimen: los analgésicos.

De manera intuitiva, el hombre siempre ha tratado de vencer al dolor utilizando los elementos naturales que encontraba a su disposición. Un ejemplo de esta terapia natural está en la costumbre de algunos indios norteamericanos de masticar corteza de sauce (Salix salix) para aliviar el dolor. La investigación de los principios activos contenidos en esta especia vegetal llevó a Charles F. Gerhart, a mediados del siglo XIX, a la obtención de un compuesto químico (el salicilato de sodio) que alivia con gran eficacia los dolores. Pero como este compuesto producía desagradables trastornos estomacales, Félix Hoffman obtuvo en 1897 el ácido acetil salicílico, de gran rapidez analgésica pero sin los efectos secundarios del salicilato. Había obtenido, sin conocer todavía su trascendencia, el analgésico más empleado en el mundo moderno.

El ácido acetil salicílico es también un medicamento eficaz para bajar la fiebre (antipirético), y como disminuye la agregabilidad plaquetaria es especialmente indicado para prevenir el infarto de miocardio. Pero a pesar de todas sus excelencias, presenta algunas contraindicaciones y efector secundarios que hay que tener en cuenta antes de su utilización.

El ácido acetil salicílico está contraindicado en los casos de hipersensibilidad a los salicilatos, úlcera de estomago y duodenal, hemofilia, lesión renal y durante el último trimestre de embarazo.

Para suplir al ácido acetil salicílico en todos estos casos se han obtenido nuevos productos como el paracetamol, de creciente utilización en el grupo de los analgésicos suaves (no narcóticos).

El grupo de los analgésicos potentes está constituido por aquellos que presentan propiedades narcóticas, como la morfina, la metadona y la codeína, y no pueden ser utilizados más que con un estricto control médico.

Objetivo
  • Comprobar la presencia del ácido acetil salicilico en algunos analgésicos de uso frecuente.
  • Relacionar la presencia de este con algunas de las propiedades de estos comprimidos analgésicos.
  • Analizar el excipiente de los comprimidos investigados.

Materiales
  • Comprimidos analgésicos de diversas marcas. 
  • Tubos de ensayo. 
  • Vaso de precipitados. 
  • Lamparilla de alcohol o mechero de gas. 
  • Gradilla para tubos de ensayo. 
  • Solución de nitrato de hierro (III) 0.1 M. 
  • Licor de Fehling. 
  • Reactivo Lugol. 
  • Papel indicador pH. 
  • Agua destilada. 
  • Etiquetas autoadhesivas.

Procedimiento
  1. Prepara una muestra de cada analgésico que vayas a investigar, disgregando cada comprimido en un tubo de ensayo lleno de agua destilada.
  2. Etiqueta cada tubo, indicando el contenido del mismo. Deposítalos en la gradilla. Antes de realizar algún ensayo con el contenido de cualquier tubo debes agitarlos, tapándolos con el dedo, para homogeneizar su contenido.
  3. Investiga el pH de las suspensiones introduciendo un trozo de papel indicador del pH en cada muestra, y comprueba el color después de medio minuto. Determina el pH comparando el color obtenido con la carta de colores correspondiente. Anota el resultado logrado para cada muestra en el cuadro que se adjunta al final de la investigación.
  4. Investiga el principio activo de cada muestra comprobando la presencia o ausencia de ácido acetil salicílico en ella. Para ello debes añadir, a otro tubo de ensayo limpio, unos 3 ml de la muestra investigada y seis gotas de disolución de nitrato de hierro.
  5. Un color violeta indica la presencia de ácido acetil salicílico.
  6. Anota los resultados obtenidos en el cuadro final. Si no obtienes una comprobación positiva, quiere decir que el principio activo analgésico es otro. Confirma esta deducción leyendo la composición indicada para este analgésico. Anota el principio activo en el casillero correspondiente.
  7. Investiga el excipiente de cada comprimido.
  8. El excipiente es una sustancia inactiva farmacológicamente pero que acompaña al principio activo para evitar su disgregación y dar cuerpo al comprimido. Generalmente es almidón o lactosa (un azúcar disacárido).
  9. Comprueba la presencia o ausencia de almidón en 3ml de cada muestra, a la que añadirás dos o tres gotas de Lugol. La presencia de almidón se reconoce por el color azul oscuro obtenido.
  10. La presencia de lactosa la investigaras en otros 3 ml de la muestra inicial de cada comprimido. Si la muestra inicial tiene un pH ácido deberá añadírsele (gota a gota) disolución de bicarbonato de sodio hasta que su pH sea básico.
  11. A esta muestra de pH básico se le añadirán cuatro gotas de licor de Fehling y se calentará, al baño maría, hasta que hierva durante cinco minutos. La presencia de lactosa se reconocerá por la aparición de un precipitado amarillo.
  12. Anota los resultados obtenidos para cada muestra en un cuadro como el adjunto.
Conclusiones

Marcas de analgésicos
   ASPIRINA
PARACETAMOL
A.A.S
IBUPROFENO
pH
pH 3
pH 4,5
pH 3
pH 5
Ácido acetil salicílico
(color violeta)
No
(color azul)
(color violeta)
No
(blanco-amarillento)
Otros principios inmediatos
PARACETAMOL
IBUPROFENO
Almidón
No
Fotos